Los diamantes de sangre, también llamados diamantes
de zonas en conflicto o diamantes de guerra, son los diamantes extraídos en
zonas de conflicto por personas en régimen de semiesclavitud. Estos diamantes
hacen aumentar las insurgencias y milicias de la guerra en África.
Este problema se hizo aún más conocido con la película "Diamante de sangre" (Blood Diamond), protagonizada por Leonardo DiCaprio. La película debe su nombre a los diamantes de guerra, piedras preciosas que se encuentran dentro de zonas en guerra y que se venden para financiar dichos conflictos armados, en este caso la guerra civil de Sierra Leona en 1999. “Diamante de sangre” fue nominada para cinco premios Óscars.
(Danny) -Así que vende armas a los rebeldes y el
gobierno le contrata cuando estos las usan. ¡Fantástico! Supongo que a cambio
pedirán concesiones mineras ¿no?
(Coronel) - Salvamos al gobierno y nos demuestra
gratitud
(Danny) - Y se hace rico ¿eh?
Pero vayamos al fondo de la cuestión, ¿qué es un diamante de sangre?
Según define las Naciones Unidas, un diamante de sangre es un diamante "que se origina en las zonas controladas por fuerzas o facciones opuestas a gobiernos legítimos e internacionalmente reconocidos, y se utiliza para financiar las acciones militares en contra de esos gobiernos o en contravención de la decisiones del Consejo de Seguridad". Es decir, se trata de un diamante extraído en una zona de guerra que posteriormente será vendido en secreto, y sus ganancias van al financiamiento de los esfuerzos de guerra. Con frecuencia, los niños se ven obligados a minar estos diamantes. Finalmente, los diamantes se venden como diamantes legítimos y legales en el mercado internacional.
En
países devastados por la guerra como Angola, Sierra Leona, Costa de Marfil,
Liberia, Congo y Zimbabwe; los diamantes de sangre han sido objeto de tráfico. También
fuera de África (Venezuela y Líbano), el comercio ilegal ha cobrado gran
impulso. Se especula que los diamantes de guerra podrían financiar a al-Qaeda.
Fue
en 1997 cuando el comercio ilegal de diamantes fue reconocido oficialmente, con
la sanción de las Naciones Unidas a Angola, prohibiendo la venta o compra de diamantes
del país. Casi el 20 por ciento del comercio de diamantes en Angola fue puesto
a fines ilegales, en su mayoría para financiar conflictos del país.
Con
el fin de detener el flujo de diamantes de sangre, las Naciones Unidas ha
creado un procedimiento de certificación oficial conocido como
el Proceso de Kimberley. Los países exportadores deben certificar que sus
diamantes fueron obtenidos legalmente. El proceso se inicia con la extracción
del diamante y finaliza con su venta en el mercado. Las naciones adscritas al
Proceso de Kimberley no comercian con diamantes con los países que no se han
unido.